Llega la primavera, y no son pocas las personas que comienzan a sufrir tos, mucosidad… Las alergias y el coche no son buenos compañeros, ya que un ataque de tos puede distraerte de la conducción. Y aunque sean leves, a nadie le apetece sentir los efectos de la alergia. Por eso, hoy en Delfincar vamos a daros algunos consejos para minimizar los efectos de la alergia mientras conducís.
Lo primero, lo más evidente: No circules con las ventanillas abiertas. Las gramíneas y el polen están en el aire, y mientras más tiempo estén las puertas y las ventanas del coche abiertas, más entrarán en el habitáculo. Si hay una necesidad imperiosa de que el aire circule, puedes usar el sistema de climatización, aunque es recomendable no hacerlo. Lo cual nos lleva a un segundo consejos básico muy importante: la importancia de que tus filtros de aire y polen estén en correcto estado. Se trata de un elemento del coche muy fácil de cambiar y muy barato, por lo que no merece la pena sufrir los efectos de un filtro sucio o en mal estado por intentar que aguante unos meses más.
Claro, cuando tienes alergia, lo ideal es tomar tus antihistamínicos para contrarrestarla. Pero a la hora de conducir hay un problema: suelen provocar somnolencia. Por eso, lo mejor es hablar con el médico sobre ello, para que nos recete una medicación que nos provoque el menor grado posible de somnolencia. Por supuesto, si nunca hay que beber antes de conducir, mucho menos si estamos tomando antihistamínicos, ya que la mencionada somnolencia se multiplica.
Aunque llevemos el coche cerrado, pasarle el aspirador de mano cuando estemos a cubierto es una buena manera de eliminar cualquier alérgeno que tengamos alrededor, especialmente si hemos viajado con animales, que pueden introducir partículas en su pelo.
Escoger rutas en las que estemos más lejos de parques, jardines, árboles… también ayuda, así como realizar los desplazamientos alejados del amanecer y el atardecer, que es cuando más concentración de polen hay en el aire. Y a la hora de aparcar, es mejor hacerlo en un lugar seco que en uno húmedo, si es posible.
Por último, si sufres un ataque de tos, estornudos, lágrimas… baja la velocidad e incluso detente en la medida de lo posible hasta que vuelvas a estar en condiciones de conducir con tus cinco sentidos al volante.
