Se acabaron las vacaciones, y toca volver a la rutina. Y eso significa volver a usar el automóvil para nuestros desplazamientos diarios. ¿Debemos realizar una revisión del coche tras las vacaciones, igual que hicimos antes de ellas?
La respuesta es sí. Durante el verano, nuestro vehículo puede haber recorrido largas distancias, y se ha enfrentado a diferentes condiciones climáticas y terrenos variados. Esto puede desgastar algunos componentes y afectar su rendimiento general. Por eso, una revisión de sus estado es crucial para asegurarnos de que nuestro automóvil esté en las mejores condiciones y listo para enfrentar los desafíos de la vuelta a la rutina. El calor extremo que hemos sufrido este año lo hace aún más aconsejable, especialmente dada la edad media de nuestro parque automovilístico.
¿Y qué elementos son los más importantes? Sobra decir que lo mejor es realizar un chequeo completo al coche, aunque hay algunos elementos que tienden a sufrir más durante el verano.
Los neumáticos, por ejemplo, sufren mucho por el calor, los cambios de temperatura, las carreteras de campo y playa… pudiendo deformarse o desgastarse. Comprueba la presión de los neumáticos y asegúrate de que estén en buen estado. Si compruebas que el dibujo se ha perdido, hay deformaciones o desgastes en los laterales… piensa en cambiar tus neumáticos cuanto antes.
El sistema de refrigeración también ha sufrido mucho durante el verano, por eso es importante comprobar que no hay fugas, que el ventilador funciona correctamente, y que los niveles de aceite y líquido refrigerante son los adecuados. Recuerda que una mala refrigeración puede dar lugar a un fallo mucho más graves del motor.
Los limpiaparabrisas no han tenido mucho trabajo durante los meses de calor, pero las altas temperaturas pueden haber estropeado las gomas. Límpialos y comprueba su estado, así como el del líquido limpiaparabrisas. Se prevee un otoño con las lluvias habituales, ¡así que no lo dejes pasar!
Otro elemento que se deteriora con el calor y con los desplazamientos largos son los frenos. Revisa también el líquido de frenos, y comprueba que no hagan ningún ruido extraño, ni se produzca ninguna anomalía al pisarlo (desviación, tardanza en responder…).
Por último, no olvides limpiar tu coche al volver de tus vacaciones costeras, para eliminar los restos de salitre que puedan dañar varios de sus componentes.
