Terminó el verano, y nuestro coche también vuelve a la rutina. Atrás quedan las vacaciones, las escapadas a la playa o la montaña… unos meses en los que nuestro coche ha trabajado bien, y debemos recompensarle ofreciéndole un correcto mantenimiento.
Lo primero será vaciar el maletero. Cargar todo el otoño y el invierno con la sombrilla, la tienda de campaña o la silla de playa no es lógico, pero tampoco seguro ni eficiente. Debemos intentar siempre mantener el menor peso posible en el coche, para que consuma menos. De paso, no estará de más limpiar todo el coche para eliminar arena, tierra, y demás “recuerdos” de nuestras vacaciones.
También es momento para comprobar los niveles de líquidos, filtros… y todos esos puntos clave que ya debisteis revisar antes de las vacaciones, pero que ahora con el uso intensivo del coche en verano pueden haber cambiado notablemente.
Ahora que viene la época de lluvias es especialmente importante echar un vistazo a los limpiaparabrisas y el estado de los neumáticos, para conducir seguros en caso de que el agua nos sorprenda conduciendo. También es una buena idea comprobar la luneta térmica trasera, que hace meses que no usas y vas a necesitar pronto por las mañanas.
Para ir terminando, ahora que se enfrían las temperaturas, las viejas baterías comienzan a dar signos de su desgaste. Si es el caso de la tuya, no dudes en cambiarla antes de que te quedes sin ella en el momento menos oportuno.
Ah, y recuerda que con el otoño caen las hojas de los árboles… y pueden hacerlo sobre tu coche. Tenlo en cuenta a la hora de aparcar, y retira las que vayan cayendo sobre tu coche, ya que son una invitación para que el óxido comience a atacar tu motor o tu carrocería.