Parece que los ladrones tienen una nueva pieza favorita que robar. Ahora al «tradicional» robo de los tapacubos, sumamos el del catalizador. Una pieza que cada vez es sustraída con una mayor asiduidad. ¿A qué se debe este aumento de los robos de catalizadores?
El catalizador es una pieza del sistema de escape, que convierte los hidrocarburos y el monóxido de carbono resultantes de la combustión del motor en dióxido de carbono y vapor de agua, dos elementos menos tóxicos y contaminantes. Para los menos aficionados a la mecánica del coche, se trata de esa zona más gruesa que precede al tubo de escape.
Si no es una pieza especialmente técnica, ¿por qué es tan valiosa para los cacos? La respuesta está en su composición. Cada catalizador cuenta con unos dos gramos de paladio, cinco de platino, y un miligramos de rodio. O sea, 140 euros en paladio, 150 de platino, y el extra del rodio, que se paga a 500 euros el gramo completo en el mercado negro, donde no pregunten la procedencia de las piezas.
Al robo de la pieza debemos sumar los daños que se produzcan al resto del sistema de escape, ya que los ladrones prefieren cortar el tubo en lugar de desatornillar la pieza, causando mayores daños en el sistema de escape. ¿Qué podemos hacer entonces para estar a salvo de los robos de catalizadores?
La Policía Nacional nos ofrece las siguientes recomendaciones:
-No aparcar en lugares oscuros y solitarios, donde el coche esté más expuesto.
-Instalar una plancha protectora en un taller, para dificultar el desmontaje y disuadir a los ladrones.
-Pintar el catalizador con una pintura calorífica de color estridente, para que sea reconocible y dificultar su movimiento/venta.
-En la línea del consejo anterior, marcar la pieza con la matrícula o el VIN del vehículo.
Y, recuerda, si pese a todo eres víctima de uno de estos robos, o tienes que cambiar la pieza por algún otro motivo, en Delfincar contamos con el repuesto de catalizador que necesita tu coche.