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Porsche Spyder James Dean

El Porsche 550 Spyder: motor y leyenda negra de un icono maldito

El Porsche 550 Spyder es, sin duda, uno de los automóviles más icónicos en la historia del automovilismo. Fabricado a mediados de los años 50, su diseño ligero y rendimiento en carreras lo convirtieron en una leyenda en la pista, pero su fama trascendió más allá de los circuitos gracias a su trágica relación con el actor James Dean. El “Little Bastard”, como Dean apodó a su Porsche 550, se asoció con una maldición que sigue intrigando hasta hoy. A continuación, exploraremos tanto el diseño y la potencia de este coche de alto rendimiento, como su historia siniestra que ha pasado a la cultura popular.

El motor del Porsche 550 Spyder: potencia en un diseño ligero

El Porsche 550 Spyder fue diseñado en 1953 como un automóvil de carreras ligero y rápido, pensado para competir contra otros coches deportivos europeos y estadounidenses. Equipado con un motor de cuatro cilindros y 1.5 litros, el 550 Spyder era sorprendentemente poderoso para su tamaño, produciendo alrededor de 110 caballos de fuerza. Esto puede sonar modesto comparado con los estándares modernos, pero en un automóvil que apenas pesaba 550 kg, era suficiente para hacerlo uno de los coches más rápidos en su categoría.

El motor, apodado Fuhrmann, fue una obra maestra de la ingeniería de Porsche. Este motor de tipo bóxer, también conocido como motor plano o «flat-four», permitía un centro de gravedad más bajo, favoreciendo la estabilidad y maniobrabilidad del coche, crucial para las carreras en carretera. Además, el Fuhrmann contaba con un sistema de doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y carburadores dobles, tecnología avanzada para su época y que le daba una potencia distintiva. La velocidad máxima del Porsche 550 Spyder rondaba los 225 km/h, una cifra impresionante para un vehículo de cuatro cilindros de la década de 1950.

Gracias a esta configuración, el Porsche 550 Spyder logró grandes éxitos en competiciones como Le Mans y la Targa Florio, demostrando ser tan ágil como rápido. Su diseño compacto y su aerodinámica también contribuyeron a su éxito en el mundo de las carreras, y aún hoy, el 550 Spyder es considerado una obra maestra de ingeniería.

 

La maldición del «Little Bastard» y la trágica muerte de James Dean

En 1955, el joven y carismático actor James Dean, quien estaba en el auge de su carrera tras protagonizar películas como Rebelde sin causa, compró un Porsche 550 Spyder que apodó “Little Bastard” (Pequeño Bastardo). Dean era un amante de la velocidad y las carreras de coches, y estaba emocionado por probar su nuevo coche en competiciones. Sin embargo, amigos cercanos y colegas le advirtieron que el coche parecía estar «maldito» y que era peligroso.

La leyenda cuenta que el actor Alec Guinness, tras ver el Porsche, le dijo a Dean que tenía un «presentimiento oscuro» sobre el coche y que, si lo conducía, estaría muerto en una semana. Trágicamente, el 30 de septiembre de 1955, apenas una semana después, James Dean murió en un accidente mientras conducía el «Little Bastard» en una carretera en California.

Dean se dirigía a una carrera en Salinas y había sido multado por exceso de velocidad apenas unas horas antes de su muerte. Al entrar en una intersección en la Ruta 466, el Porsche 550 Spyder chocó contra otro coche, un Ford Tudor, y el impacto fue fatal para Dean. Su muerte sacudió al mundo y cimentó el «Little Bastard» en la cultura popular, pero lo más inquietante comenzó después del accidente.

Tras la muerte de Dean, el «Little Bastard» pasó a ser conocido como el «coche maldito». El vehículo fue comprado por el experto en coches y mecánico George Barris, quien lo exhibió en varias ocasiones. Sin embargo, la maldición parecía seguir viva: mientras Barris lo descargaba, el coche cayó y le rompió ambas piernas. Luego, las piezas de repuesto del coche fueron vendidas a varios entusiastas y pilotos de carreras. Aquí es donde la historia se vuelve aún más perturbadora.

Uno de los compradores, un corredor llamado Troy McHenry, adquirió el motor del 550 Spyder para instalarlo en su propio coche de carreras. Durante una competición, McHenry perdió el control de su coche y murió en un accidente, alimentando los rumores de la maldición del «Little Bastard». Otro comprador que instaló partes del Porsche también sufrió un grave accidente en esa misma carrera. Esto generó una serie de supersticiones alrededor del coche, y Barris finalmente decidió no vender más piezas del vehículo.

Como si fuera poco, cuando el «Little Bastard» fue prestado a la policía para exhibirlo como advertencia de seguridad vial, ocurrieron incidentes adicionales. En una ocasión, el coche causó lesiones a varias personas tras caer misteriosamente de su plataforma de exhibición. Luego, cuando el coche estaba siendo transportado en un camión, el vehículo volcó y su conductor murió. La historia cuenta que el Porsche 550 Spyder de Dean desapareció en 1960 cuando estaba siendo trasladado y nunca fue recuperado. La «maldición» del coche quedó en los registros de la leyenda y hasta hoy, muchos creen que el «Little Bastard» sigue suelto, buscando su próximo trágico encuentro.

Hoy, el Porsche 550 Spyder es uno de los coches más buscados y apreciados por coleccionistas, debido tanto a su excelencia técnica como a su trágica historia. Este modelo representa una era dorada para Porsche, cuando comenzó a posicionarse como una marca innovadora en el mundo de los deportes de motor. Sin embargo, la leyenda del «Little Bastard» sigue acompañando a este vehículo. Aunque los supersticiosos creen que el coche estuvo maldito desde el inicio, otros opinan que se trató de una desafortunada serie de eventos sin ninguna conexión.

 

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