¿Sabes por qué es importante pulir los faros del coche? Hoy vamos a explicártelo y darte algunos consejos para hacerlo.
El exterior de nuestro coche está expuesto a la climatología, suciedad… siempre pensamos en la chapa, la carrocería… pero pocas veces nos damos cuenta de que los faros del coche también sufren estas inclemencias. La consecuencia más habitual es que con el paso del tiempo las cubiertas del faro amarilleen e incluso se opaquen. La consecuencia es una peor iluminación, que puede ponernos en riesgo a la hora de ser visibles en carretera, o de conducir de noche.
También puede ocurrir en el interior, debido a una mala elección de bombillas, que calienten demasiado la cubierta del faro.
Por eso, una limpieza de faros de forma regular (cada 3 años aproximadamente, según la exposición del coche) es algo muy recomendable. Y, si el faro de signos de deterioro, un pulido de la capa opaca exterior nos permitirá que queden como nuevos. Podemos optar porque lo haga un profesional, o bien hacerlo nosotros mismos, para lo cual tendremos en cuenta algunos detalles:
Lo primero, igual que con la carrocería, lo primero es retirar toda la suciedad con agua. Esto facilitará el pulido, y además evitará que arrastremos suciedad al pulir, causando arañazos indeseados al faro.
Una vez limpio, antes de comenzar a pulir, es recomendable proteger la carrocería que rodea al faro, por si la rozamos al pulir, evitando desperfectos que haya que reparar luego. Una cinta de carrocero suele ser suficiente.
Hay quien usa pasta de dientes, o vinagre y bicarbonato para el lijado. Nosotros os recomendamos un producto profesional, que además vendrá con instrucciones precisas, lo que os ayudará en el proceso.
Básicamente iremos pasando unos papeles de lija cada vez más finos (podemos empezar con 400 y acabar en lija de 2000), para que vaya quedando suave. Iremos haciendo círculos suaves, repartiendo agua regularmente para lubricar la superficie y que no haya roces bruscos.
Una vez lijado, es hora de enjuagarlo con agua para lavar restos, y secar el faro. Si comprobamos que está perfecto, es el momento de aplicar un líquido post-pulido, que dejará el faro más protegido (como cuando aplicamos barniz a una madera lijada). Lo repartiremos de forma uniforme y según las indicaciones del fabricante con un disco de lana limpio.
Si gracias a estos consejos para pulir los faros del coche lo hacéis bien, los «ojos» de vuestro amigo os volverán a mirar como el primer día.
Y recuerda que si el lijado se antoja insuficiente y necesitas cambiar de faros, en Delfincar contamos con recambios originales de faros para multitud de modelos.